Ciclo menstrual

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Para poder saber lo que necesita nuestro cuerpo en cada momento del ciclo, es importante conocer lo que sucede.

Por simplificar, podríamos decir que el ciclo menstrual dura en torno a 28 días, y se divide en 2 fases, que están separadas por la menstruación (día 1) y la ovulación (día 14 aprox). Explicadas de forma muy básica serían: 

-Fase folicular, desde la menstruación hasta la ovulación (días 1 a 14, aunque puede alargarse o acortarse unos días). Se conoce con ese nombre porque es la fase en la que maduran los folículos, que son los "saquitos" con contienen los ovocitos (futuros óvulos).

-Fase lútea, empieza tras la ovulación (día 14), cuando el óvulo maduro sale del "saquito". Se conoce con este nombre, porque el "saquito" que contenía el ovulo que ha madurado, pasa a llamarse cuerpo lúteo. Si no ha habido fecundación, este se desintegra al de 14 días, dando lugar a la menstruación, y volviendo a empezar el ciclo de nuevo.


Ahora que tenemos una imagen inicial del ciclo, vamos a desgranar un poco el efecto que tiene cada hormona en el cuerpo.

ESTRÓGENOS

El día 1 del ciclo, con el comienzo de la menstruación, es el momento en el que los estrógenos están más bajos (ver gráfica en gris), a partir de ahí empiezan a aumentar, hasta la ovulación, que es cuando tenemos el pico máximo, podríamos decir que son los protagonistas de la primera parte del ciclo.

La función de los estrógenos es principalmente anabólica, de creación, promueven la proliferación celular y el crecimiento de los tejidos, por lo que cuando aumenta la cantidad de estrógenos en sangre, aquellas zonas con más receptores estrogénicos aumentarán su tamaño o su vascularización. Sus efectos serán:

-Sobre el sistema reproductivo: estimulan el crecimiento del endometrio, y lo preparan para albergar el óvulo fecundado.

-Sobre los huesos, estimulan los osteoblastos, que son las células creadoras de hueso, por lo que son fundamentales para una buena salud ósea.

-Sobre la piel: aumenta la vascularización de la piel, provocando un efecto rejuvenecedor, algo que puede influir en que nos veamos mejor durante la fase pre-ovulatoria, que es cuando más elevados están.

-En el hígado regulan la producción de colesterol. El colesterol HDL, el bueno, sube conforme lo hacen los estrógenos, mientras que el LDL, los triglicéridos y el colesterol total bajan. Por tanto niveles bajos de estrógenos (menopausia o amenorrea) son un factor de riesgo cardiovascular. 

-En el cerebro regulan la libido. Tiene sentido que para garantizar la continuidad de la especie, esta aumente en los días que somos más fértiles.

-Sobre el apetito: Los estrógenos tienen un efecto anorexígeno, es decir, que reducen el apetito. Cuando nos acercamos a la ovulación el apetito se reduce, y en la segunda parte del ciclo, cuando la tendencia es a que vayan descenciendo, el apetito empieza a aumentar, ya que el cuerpo se está preparando para albergar vida, y quiere tener reservas suficientes. 

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Además, los estrógenos hacen que mejore la sensibilidad a la insulina en los tejidos, por lo que tenemos más tolerancia a los Hidratos de Carbono, esto unido a que durante la primera parte del ciclo estamos más enérgicas y tenemos más fuerza, hace que sea el momento adecuado para entrenar con intensidad. Esto, además, ayudará a contrarrestar el menor gasto metabólico que se da en esta fase. 


FSH y LH: 

El aumento de estrógenos que se da al final de la primera fase, provoca una activación de las hormonas hipofisiarias FSH y LH, y cuando esto ocurre se produce la ovulación. Tras la salida del óvulo del folículo, los niveles de estas hormonas descienden rápidamente, se forma el cuerpo lúteo y este empieza a producir progesterona


PROGESTERONA:

Esta es la hormona protagonista de la segunda parte del ciclo. Sus niveles en sangre van aumentando a partir de la ovulación (en torno al día 14), alcanzando su pico el día 21. 

La función de la progesterona es preparar el revestimiento uterino, vascularizándolo (frena la proliferación), para la implantación del óvulo fecundado. Pero además, tiene otros efectos: 

-Sobre el sistema inmune. Durante la primera fase, el sistema inmune se ve estimulado por los estrógenos, pero en la segunda, la progesterona contrarresta este efecto para que si hay embarazo, el cuerpo no rechace el embrión. 

-Sobre el metabolismo. Estimula la tiroides aumentando el metabolismo (ambiente más catabólico) y aumentando la temperatura. Esto provoca que la temperatura sea ligeramente más alta en la segunda parte del ciclo y, por eso a veces, durante la menstruación, con la caída de estas hormonas, podemos sentir más frío.

-Sobre el apetito: relacionado con el punto anterior, este aumento del metabolismo hace que tengamos más apetito. Esto también se produce por la bajada de estrógenos que hace que seamos menos sensibles a la insulina, y que por lo tanto se dificulte la entrada de glucosa en la célula.

-Sobre el estado de ánimo: contribuye a calmar el nerviosismo y el mal humor, y tiene efecto antidepresivo. Parte de la calma que transmite una mujer embarazada, tiene que ver con los niveles aumentados de esta hormona. Por esto también, la bajada de progesterona previa a la menstruación puede alterar el humor y causar irritabilidad.

-Sobre la musculatura lisa, provoca que se relaje (para que el útero no rechace el embrión), pero esto puede también provocar estreñimiento por reducción de la motilidad intestinal. 

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Podríamos decir que esta hormona tiene un "efecto sedante", por lo que la segunda parte del ciclo, que es cuando esta hormona se encuentra más aumentada, solemos tener menos ganas de actividad. Buen momento para hacer actividades menos explosivas, y conforme se va acercando la menstruación, y bajan los niveles de progesterona, actividades como el yoga, pueden ayudarnos a aumentar esos niveles de serotonina y ayudarnos a sentirnos mejor. 






¿Habéis notado que alguno de estos puntos se repita de manera cíclica? 
¿No es increíble que la naturaleza haga que nos sintamos más atractivas y con más ganas de socializar  cuándo somos más fértiles y que esta situación cambie y tengamos más necesidad de calma y de alimentarnos cuando el cuerpo se está preparando para un posible embarazo?
Independientemente de que quieras quedarte embarazada o no, mantener este equilibrio hormonal es fundamental, ya que como hemos visto, hay muchísimos órganos o funciones vitales relacionadas con la actividad de estas hormonas. 

En el próximo post, os hablo de cómo adaptar la alimentación para beneficiarnos al máximo de estos cambios hormonales, y para prevenir desajustes. 

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